Por estos días, son miles de personas las que están circulando por las distintas rutas del denominado Camino de Santiago. Un Camino misterioso que por diversos motivos ‘engancha’ a quien lo hace. De entre esos miles de personas, destaca un paisano huercalense, del que voy a decir su nombre porque estoy seguro que no se va a molestar. Éste es José Antonio Martínez Fuentes, quien lo hace en estos momentos acompañado por su pareja y al cual sigo con interés a través de sus mensajes y fotos que realiza conforme van pasando las jornadas.
He conocido a otras muchas personas que han realizado el Camino de Santiago, pero pocas he conocido que hablen con tanto entusiasmo y tesón de los caminos que lleva recorridos. El interés en comunicar y dar a conocer sus vivencias es muy alto y con pocas palabras, lo consigue.
Pero este post no es para hablar de mi buen amigo José Antonio, aunque se lo merece, por supuesto, sino de los políticos de este país en los que incluyo a los más cercanos, a los que vemos por la calle. Y Para ello me vienen al pelo ‘los caminos de José Antonio’ .
Nuestra España está atravesando un periodo convulso, intenso en incertidumbres, malas prácticas políticas, corrupciones y sospechas corruptas en todos los ámbitos de la vida social y política. Desde hace ya más de la cuenta, cada vez que nos levantamos nos preguntamos, ¿qué nos ofrecerá este nuevo día? . Al final, casi todo son noticias desagradables. Pocas buenas. Y lo peor de todo es que a lo largo y ancho de este querido país (‘Mi querida España’ , como cantaba Cecilia en los años 70) , nuestros políticos, que son los que tenían que haber dado el máximo de ellos mismos, por ser el espejo donde nos miramos todos, los de derechas, los de izquierdas, los de centro, ……. , un grupo de ellos están incursos en casos de corrupción o son sospechosos; otros están sentenciados por casos similares; otros solamente se ocupan de sus rifirrafes entre partidos o entre ellos mismos; otros practican el amiguismo exacerbado y la anti-ética de la práctica política; ……….. De ahí la desilusión, desesperanza y desapego cada vez mayor hacia nuestros políticos por parte de la ciudadanía llana y corriente, la que sufre el desánimo diario y continuo de una clase política que parece que se aferra al poder (el que sea) cueste lo que cueste.
Llegado a este punto, yo, pobre mortal y votante, aconsejaría a todos aquellos conciudadanos que tuviesen en mente el dedicarse a la política en los próximos tiempos y a aquellos que ya lo son, a los primeros que realicen previamente el Camino de Santiago como forma de reflexionar sobre lo que quieren para los demás en primer lugar y para ellos mismos en último lugar. Y para los que ya lo son, realizar también el Camino de Santiago, completo, para expiar aquellas faltas, traiciones, falta de respeto para con aquellos votantes que hayan creído en ellos, y al final, les hayan fallado.
Por supuesto, también existen los políticos éticos, honrados, que no falsean palabras, que todavía tienen honor (qué palabra más bonita, pero hoy en desuso) , que cumplen, que no trampean ni engañan a sus conciudadanos, …….. pero por desgracia, son los menos. Y eso, si pensamos un poco, es penoso y triste, porque al final quienes pagamos los errores de nuestra clase política somos los currantes, los ciudadanos de a pie. Los de siempre.
Foto.- Estación de ferrocarril de Huércal-Overa. Lleva más de veinte años cerrada y las vías levantadas hace unos pocos años. Una mala planificación administrativa dejó sin ferrocarril una gran comarca.