Corren muy malos tiempos para
todos, excepto para los políticos que lo único que les interesa es la
reelección o llegar al poder, a veces con subterfugios innombrables.
Y digo que corren malos
tiempos para todos porque millones de familias no llegan a fin de mes, los
jubilados tienen cada vez menos dinero
en la faltriquera (como se decía antes) porque suben, aunque sea poco, aquellos
bienes imprescindibles para vivir, sea la luz, el pan, los comestibles, etc. ;
para los millones de parados que un día sí y otro también obtienen una
desilusión continua cuando acuden a su cita en la oficina del paro; para los
lectores de periódicos en papel o digital, oyentes de radios, cadenas de
televisión por la cantidad de casos de corrupción, malas o buenas noticias económicas
(según con el color que se mire) ; la eliminación de valores morales y
personales; motines de las autonomías contra la política emanada del gobierno
nacional; intenciones separatistas de Cataluña (la más inmediata) y la latente
la del País Vasco; …....... y así podría estar un buen rato escribiendo.
Pero lo que más preocupa es
la desesperanza que se ha instalado entre la juventud ante las perspectivas
futuras que se otean en el horizonte desde hace casi dos años. Según
estadísticas oficiales casi 400.000 españoles
de ambos sexos (las extraoficiales aumentan esta cifra a casi 700.000)
han tirado la toalla en nuestro país, han cogido la maleta y se han ido a
buscar en otros países de nuestro entorno aquellas oportunidades de vida que
aquí se les niega. Países como Alemania, Francia, Inglaterra, Portugal, Suecia, Finlandia, etc. , vienen siendo los
receptores de los esfuerzos desplegados para preparar a la mejor generación de
estudiantes de todos los tiempos y que ahora vemos a la mayoría de ellos trabajando
por una miseria en actividades que nada tienen que ver con el tipo de
cualificación con la que salieron de España. Ya no importa el nivel de estudios
realizado, sino obtener cualquier trabajo qcon el que vivir dignamente, aunque
sea con limitaciones.
Mientras tanto los cantos de
sirena se dejan oír mes tras mes y estadística tras estadística, en ese largo
túnel de la incertidumbre. Hasta que se llegue al final del camino, ¿qué se
hace con los millones de parados y los que vienen empujando por detrás? .
Aunque yo era un jovenzuelo
entonces, en los años 60 recuerdo que iba como muchos, a ver llegar o partir el
viejo autobús que trasladaba a huercalenses a Murcia y Almería por diversos
motivos. Y no se me olvidarán aquellas maletas de cartón amarradas con cuerdas
o correas y las cajas de comida para el largo viaje a Francia o Alemania. Las
despedidas familiares era verdaderamente horribles. Ahora es algo parecido,
pero nos vamos en avión. Nuestra historia reciente y pasada ha sido cíclica. ¿Y
ahora qué viene?
Foto.- Comida de asociaciones huercalenses en la carpa del Ayuntamiento a la terminación de la Feria de 2008.