Cada
día que pasa, por desgracia, soy más pesimista sobre estos tiempos
convulsos, confusos, agitados y cambiantes que nos ha tocado vivir.
Me da la impresión de que todo se está desmoronando lentamente, con
suavidad, sin altibajos, uniformemente, como algo planificado y sin
la impresión de que la gran mayoría de los españoles podamos
intervenir.
En cuestión de muy pocos meses todo se ha puesto en
entredicho: la Constitución Española, la Monarquía por República;
la unidad del país por las tensiones secesionistas de Cataluña y el
País Vasco; un Psoe que se ha descompuesto por la poca unidad de
criterios y de mirar hacia adelante de sus dirigentes (veremos si la
nueva sabia podrá ponerlo en su sitio, objetivos claros y meter en
vereda a los díscolos); del PP por haberse centrado casi
exclusivamente en los temas económicos (que son una parte muy
importante de su estrategia electoral), dejando de lado o mirando
hacia otro lado en temas que nos va el futuro; el apartamiento de
preceptos constitucionales por parte de IU; la aparición de
grupúsculos que con engaños y cantos de sirena han recogido la
desazón de muchos españoles como Podemos; la continua aparición de
nuevos casos de corrupción política en ayuntamientos de diversa
ideología; las presiones en la calle de grupos radicales, que con
la fuerza, han doblegado la voluntad popular expresada en urnas
municipales como han sido los casos de Burgos y Barcelona; el
enfrentamiento constante entre autonomías y Gobierno central cuando
a las primeras se le espeta que cualquier acción desde el Gobierno
central invade competencias autonómicas; el tan manido 'derecho a
decidir', por lo que yo voy a proponer que los de Huércal-Overa
tengamos el derecho a decidir para unirnos a Murcia, que es donde
deberíamos de haber estado siempre.
Y yo digo, ¿para qué coño
votamos? ¿Para qué leches nos gastamos el dinero en elegir a
nuestros representantes si luego se ponen en entredicho
constantemente las resoluciones que adoptan?, (me da igual que en el
gobierno esté el PP o el PSOE).
Porque creo que no todos los
acuerdos que adopte un gobierno central van a ir en contra de
preceptos constituciones y autonómicos. Alguno puede que sí, ¿pero
la mayoría?. Vamos, que deduzco que las autonomías, unas más que
otras, se han convertido en pequeños reinos de Taifas, con sus
emires al frente, que ya no admiten que los gobiernos centrales los
intenten meter en vereda. Hasta aquí hemos llegado por una política
laxa y floja. Y todo por la dejadez en aplicar las leyes nacionales
ante resoluciones autonómicas que agreden a preceptos
constitucionales.
La culpa, de los dos grandes partidos en sus etapas
de gobierno y seguro que del próximo que entre. Deberíamos de
aprender de otros países de nuestro entorno que cuando han
atravesado situaciones parecidas a la nuestra, han dejado la
ideología aparte y han sumado un acuerdo para sacar al país de un
grave atolladero. ¿Aquí es posible? …..Imposible. Antes con el
diablo que con la razón.
Mientras
tanto, otros aprovechándose del perfil bajo de nuestros gobernantes
para llevar adelante sus objetivos, conocidos o no, visibles o
invisibles, lógicos o ilógicos, pero objetivos al fin y al cabo. Y
el personal, ¿dónde está?. Mirando para otro lado.
Foto.- Año 2008. Actuación de la Cuadrilla de Ánimas de Huércal-Overa actuando en el XXVII aniversario de la apertura del Centro de la Tercera Edad de la localidad.