domingo, 29 de junio de 2014

Tiempos aún más revueltos

Cada día que pasa, por desgracia, soy más pesimista sobre estos tiempos convulsos, confusos, agitados y cambiantes que nos ha tocado vivir. Me da la impresión de que todo se está desmoronando lentamente, con suavidad, sin altibajos, uniformemente, como algo planificado y sin la impresión de que la gran mayoría de los españoles podamos intervenir.
En cuestión de muy pocos meses todo se ha puesto en entredicho: la Constitución Española, la Monarquía por República; la unidad del país por las tensiones secesionistas de Cataluña y el País Vasco; un Psoe que se ha descompuesto por la poca unidad de criterios y de mirar hacia adelante de sus dirigentes (veremos si la nueva sabia podrá ponerlo en su sitio, objetivos claros y meter en vereda a los díscolos); del PP por haberse centrado casi exclusivamente en los temas económicos (que son una parte muy importante de su estrategia electoral), dejando de lado o mirando hacia otro lado en temas que nos va el futuro; el apartamiento de preceptos constitucionales por parte de IU; la aparición de grupúsculos que con engaños y cantos de sirena han recogido la desazón de muchos españoles como Podemos; la continua aparición de nuevos casos de corrupción política en ayuntamientos de diversa ideología; las presiones en la calle de grupos radicales, que con la fuerza, han doblegado la voluntad popular expresada en urnas municipales como han sido los casos de Burgos y Barcelona; el enfrentamiento constante entre autonomías y Gobierno central cuando a las primeras se le espeta que cualquier acción desde el Gobierno central invade competencias autonómicas; el tan manido 'derecho a decidir', por lo que yo voy a proponer que los de Huércal-Overa tengamos el derecho a decidir para unirnos a Murcia, que es donde deberíamos de haber estado siempre. 

Y yo digo, ¿para qué coño votamos? ¿Para qué leches nos gastamos el dinero en elegir a nuestros representantes si luego se ponen en entredicho constantemente las resoluciones que adoptan?, (me da igual que en el gobierno esté el PP o el PSOE).
Porque creo que no todos los acuerdos que adopte un gobierno central van a ir en contra de preceptos constituciones y autonómicos. Alguno puede que sí, ¿pero la mayoría?. Vamos, que deduzco que las autonomías, unas más que otras, se han convertido en pequeños reinos de Taifas, con sus emires al frente, que ya no admiten que los gobiernos centrales los intenten meter en vereda. Hasta aquí hemos llegado por una política laxa y floja. Y todo por la dejadez en aplicar las leyes nacionales ante resoluciones autonómicas que agreden a preceptos constitucionales. 

La culpa, de los dos grandes partidos en sus etapas de gobierno y seguro que del próximo que entre. Deberíamos de aprender de otros países de nuestro entorno que cuando han atravesado situaciones parecidas a la nuestra, han dejado la ideología aparte y han sumado un acuerdo para sacar al país de un grave atolladero. ¿Aquí es posible? …..Imposible. Antes con el diablo que con la razón. 

Mientras tanto, otros aprovechándose del perfil bajo de nuestros gobernantes para llevar adelante sus objetivos, conocidos o no, visibles o invisibles, lógicos o ilógicos, pero objetivos al fin y al cabo. Y el personal, ¿dónde está?. Mirando para otro lado.


Foto.- Año 2008. Actuación de la Cuadrilla de Ánimas de Huércal-Overa actuando en el XXVII aniversario de la apertura del Centro de la Tercera Edad de la localidad.