domingo, 16 de junio de 2013

Deporte nacional

Uno de los deportes nacionales preferidos es la crítica que solemos realizar a distintas facetas de la vida cotidiana. La crítica cuando es razonada es altamente positiva porque refuerza la opinión o la tesis de la persona que la realiza. De igual manera, existe otro tipo de crítica que es aquella que se utiliza interesadamente y que tiene una finalidad distinta de la que realmente debería de ser, lo que coloquialmente denominamos ‘llevarse el gato al agua’ , aunque realmente el gato no exista y lo que subyace es un  feroz pitbull con doble ración de dientes. En este aspecto los medios de comunicación de todo tipo tienen mucho que decir.
Y luego, aparte de otras menores que puedan existir, hay una tercera crítica que es la preferida cuando se reúnen más de dos personas, no siempre, pero en la mayoría de los casos. Es ese tipo de crítica ‘ in misericorde’ , en la que no se deja títere con cabeza, se lleve o no razón pero que, por deporte, lanzamos al resto de cabezas pensantes, para eso, para que piensen. Pero, ¿qué piensen qué? , lo que se acaba de lanzar tenga o no lógica. Se critica al vecino porque no deja entrever cómo se ha comprado un coche nuevo o ha cambiado de casa (ahora menos con la crisis) ; se critica a fulanita (que ya no es una niña) por llevar la falda cinco dedos por encima de la rodilla; se critica por aceptar las reglas del juego; se critica a alguien por su independencia frente a la sociedad; se critica por tener opinión propia; se critica…………hasta la eternidad. Y lo peor de todo es que la crítica se produce sin argumentos y sin objetividad, simplemente criticar por criticar, con la vista puesta en el mayor daño posible que se pueda hacer: ¡hasta el extremo de despellejar a alguien, lleve razón o no! .  
¡Dejemos que cada uno haga de su capa un sayo! , siempre que se respeten los límites que emocionalmente debemos cada uno de tener y respiremos en libertad, sin ataduras. Y aunque es un deseo personal, comprendo que es imposible luchar contra uno de los deportes a los que más somos aficionados: ‘la crítica <in misericorde>' , que siempre depende de la moral de cada persona. ………Y en los pueblos, mucho más.

                    Foto: Antigua estación de ferrocarril de Huércal-Overa. Hoy está cerrada y en desuso