Hoy he leído un artículo en un
medio digital provincial cuyo titular era “El agua que Galasa suministra al
Levante almeriense podría provocar cáncer” y aunque no tenía pensado escribir sobre este tema no he podido evitar
reflexionar sobre ello.
Nuestra provincia, nuestra comarca, siempre ha tenido un grave problema
de suministro y calidad del agua. Hemos aprendido a vivir con ello y de hecho,
una vez que te vas a vivir fuera de Almería te das cuenta de la gran cultura de
ahorro y aprovechamiento del agua que tenemos con respecto a otras zonas de
España. Los cortes de agua para ahorrar o el comprar el agua en garrafas es
algo de nuestro día a día, de hecho, me sorprende cuando en muchos programas de
televisión hablan del problema de tal pueblo con el agua porque no pueden
beberla del grifo, los vecinos se quejan y el ayuntamiento finalmente les
termina pagando el agua…¡Ay si vivieran aquí!, eso forma parte de nuestro día a
día.
Pero también se nos ha criticado mucho y cuando hace algunos años se
pidió el trasvase del Ebro para poder suministrarnos agua, muchos se
manifestaron en contra aludiendo que era para regar la gran cantidad de campos
de golf que se habían construido en esos años y no pensaron que probablemente
esa agua era para los cultivos y el consumo humano. Por eso cuando posteriormente
se solicitó que se trasvasara agua de nuestras desaladoras a otras zonas de
nuestros país, yo personalmente no estuve de acuerdo porque en su momento nadie
nos ayudó y tuvimos que construir las desaladoras para tener agua, ahora que se
las apañen los demás como hicimos nosotros.
Bueno, que me voy por otros sitios, y es que este tema me enerva particularmente.
Siempre hemos sabido de la mala calidad de nuestro agua, nunca la hemos bebido, sabemos
alta concentración de cloro que te deja el pelo como estropajo y las jarras
blancas por dentro, ni siquiera la hemos utilizado para cocinar, pero resulta
que ahora y según se expone en el artículo “desde el Ministerio de
Sanidad advierten que “por su carácter volátil, además de la ingestión, los THM
son incorporados a través de la inhalación y la absorción dérmica durante la
ducha, el baño, asistencia a piscinas, lavar los platos, etc…”.
Se explica que, dada la voz de alarma, las administraciones ya se han
reunido (Junta de Andalucía, Diputación Provincial de Almería, Galasa y
ayuntamientos afectados) “pero que a pesar de esta reiteración siguen sin
tomar ninguna medida al respecto”, lo que me parece más que preocupante ya
que se está jugando con la salud de las personas. Ante toda esta información
una se siente más desamparada y alarmada aún si cabe y se pregunta quién ha
permitido que lleguemos hasta este punto.
Quizá sea el momento en que este tema tome la relevancia que tiene y que
por fin podamos consumir y usar el agua sin el miedo de no saber cómo se ha
tratado y que males podría causarnos.
Carolina Aznar
Foto. Visita del Club de Lectura de Huércal-Overa a la Casa Museo de Azorín.